Fuera de la red de galerías comerciales – vendiendo imágenes – y de las instituciones canónicas – que existen para apoyar las identidades nacionales o regionales a menudo estáticas – los artistas fomentan refugios culturales de base para ofrecer lo progresivo y lo experimental. Son fundamentalmente vulnerables a los ciclos de políticas públicas, al esfuerzo voluntario que sostiene la iniciativa, a la provisión de oportunidades y más. A pesar de la precariedad de esta organización por parte de estas iniciativas civiles, y sin importar que promuevan una vitalidad cultural pública más allá de la demanda de la vida pública, cuentan con poco apoyo público y carecen de oportunidades para obtener visibilidad pública. Esta publicación se centra en un modo particular de organización: la “Democracia dirigida por artistas”. Lo hace examinando el funcionamiento de 126, una galería dirigida por artistas* en Galway, Irlanda, como referencia. 126 es particular en la forma en que se concibe la junta, cómo se decide el programa, cómo cambian los directores cada dos años, "sirviendo como voluntarios"**, y más. Este modelo se toma de iniciativas escocesas, iniciadas décadas antes. Lo único de 126 es su posicionamiento remoto respecto al mercado global del arte. Cerca pero no cerrado, han sostenido su proyecto por más de 15 años. Este libro explora las bases de este modo de organización dentro de la cultura autoorganizada del sector artístico, y puede servir de inspiración y discusión para quienes están comprometidos con la organización en las artes visuales y más allá.
Publicado por Onomatopee.