Detours

Un objeto similar a un juego de mesa en una funda que documenta una instalación pública de la artista alemana Erika Hock en la fachada del Instituto de Historia Urbana, Recklinghausen en Alemania. A veces, un desvío es la mejor manera de llegar a tu destino. Vistas inesperadas y encuentros no planificados son posibles en una ruta imprevista; a veces el viaje incluso termina en un lugar completamente diferente al esperado. En cualquier caso, el desvío tiene peor reputación de la que merece. Esto se puede ver de manera impresionante en la obra Detours de Erika Hock en la fachada del Instituto de Historia Urbana: tubos de acero inoxidable con recubrimiento en polvo en rojo, amarillo, verde y azul recorren las paredes exteriores del edificio, cada uno terminando en luces redondas de acrílico. Aquí, Hock propone explícitamente cuestionar la progresión lineal del tiempo y, a través del diseño exterior, ofrece una historiografía para el interior que no siempre tiene que seguir los caminos habituales. Formalmente importante, aunque inicialmente imperceptible, el concepto de Hock también incluyó la repintura completa de la fachada en blanco puro, el cierre de las ventanas clerestorio y la acentuación de las ventanas restantes en azul grisáceo. Durante el día, la fachada ahora aparece en una paleta de colores que recuerda las formas pictóricas del modernismo clásico del siglo XX. Por la noche, en cambio, la fachada no se ilumina en su totalidad por los puntos finales de las líneas cromáticas, sino que solo es visible en ciertos puntos debido a las fuentes de luz de Hock. Con la obra de Erika Hock, un desvío inesperado también puede convertirse en un evento gratificante de reorientación nocturna durante la noche. —Nico Anklam.

Publicado por Lugemik.