Ronan Bouroullec siempre ha dibujado a diario. Una práctica artística pura que considera autónoma de la profesión por la que es reconocido internacionalmente. Pero si hay una porosidad entre estos dos lados de su actividad que se alimentan mutuamente, Ronan Bouroullec considera el dibujo esencial para su equilibrio. Fièvre coincide con la exposición Dessins Quotidiens en l’Hôtel des Arts en Toulon, Francia. Con casi 300 obras (dibujos, bajorrelieves y cuadernos) presentadas en la exposición, revela una pequeña parte, aún poco conocida, de su talento creativo. Una parte diminuta comparada con los miles de dibujos que conserva, pero lo suficientemente rica como para iluminar esta faceta muy íntima de la personalidad de uno de los diseñadores franceses más talentosos de su generación.
Ronan Bouroullec (nacido en 1971) y Erwan Bouroullec (nacido en 1976) han estado trabajando juntos durante más de veinte años. Su colaboración es un diálogo permanente alimentado por sus personalidades distintas y una noción compartida de diligencia con la intención de alcanzar más equilibrio y finura. Su trabajo ha abarcado muchos campos, desde el diseño de pequeños objetos como joyería hasta arreglos espaciales y arquitectura, desde la artesanía hasta la escala industrial, desde dibujos hasta videos y fotografía. Han colaborado con empresas líderes como Vitra, Cappellini, Issey Miyake, Magis, Ligne Roset, Habitat y Kréo Gallery. Los diseños de Ronan y Erwan Bouroullec forman parte de las colecciones permanentes de museos como el Museum of Modern Art en Nueva York, el Centre Pompidou en París, el London Design Museum, el Lisbon Design Museum y el Boijmans van Beuningen Museum de Rotterdam.