Fuck It

Callejeras, chicas de buen tiempo, vagabundos, tontos del pueblo, rastas, proxenetas, expatriados borrachos, locales borrachos, todos borrachos, guardias mal pagados, porteros sobrecargados, veteranos, huérfanos, gamberros, mendigos, matones, estafadores, vendedores de saltamontes, todo tipo de policías, trabajadores de ONG y exorcistas de callejones.

Un bloguero del Cuerpo de Paz una vez describió Kabalagala – el distrito de bares más deliciosamente sórdido de Kampala – como 'Tijuana en ácido'. Uganda se ha presentado con éxito ante la comunidad internacional como un sitio responsable y progresista para la ayuda y el desarrollo durante casi tres décadas. En 1986 el país emergió de una guerra civil de 8 años, tras una dictadura de 7 años, después de 70 años de dominio colonial explotador. Fue el epicentro de la pandemia del SIDA, aunque no lo adivinarías por la promiscuidad escandalosa de sus habitantes urbanos. La rica y penetrante variedad de imágenes en este libro provocará una gama de reacciones: lástima, disgusto, incertidumbre, excitación – respuestas naturales a tales horrores hermosos. Las historias contadas por estas viñetas sucias son a la vez una tira cómica y un archivo de lo efímero, una sinfonía africana y una catástrofe del tercer mundo, una manoseada traviesa y una risa culpable.

Esto es el noir: los ángeles caídos de la depravación y la desesperación. Esto es el futuro: jóvenes descarados con dinero para quemar – todas fiestas junto a la piscina y cabello rubio decolorado. Esto es el pasado: askaris con flechas, mujeres con cargas, junta militar en jeeps abiertos. Esto es contradicción: una ciudad de alcohólicos puritanos, prostitutas que dan amor gratis, trabajadores de ayuda pervertidos, desarrollando ese trasero. Esto es una desgracia: un guardia de seguridad con $1/día, una clase gobernante corrupta que aprueba leyes sobre moralidad, un hombre blanco que se ha orinado en los pantalones. (David Cecil)