A veces, una falsificación obvia es incluso más divertida que la cosa real. El doblaje y el doppelganging
han sido obsesiones de la cultura pop desde que existen los especialistas, los Darrens en
Bewitched, y las tías Viv en The Fresh Prince of Bel-Air. Desde Wonder Women en drag y los recasts de telenovelas
hasta las estafas de celebridades en la vida real, esta revista celebra la delgada línea entre trompe-l’oeil
y trolling, y explora por qué estos intercambios inquietantes y suficientemente parecidos son tan hipnotizantes en primer lugar.