Oliver Reed

En la brillante colección de Hannah Regel, Oliver Reed, la figura del caballo se convierte en un objeto para la brutalidad del lenguaje y la demasiado familiar subyugación de las voces, cuerpos y trabajos de las mujeres. Un impresionante pastiche hiperbólico de comportamiento placentero guía a una niña llamada Sorry a través de su propia destrucción mientras nombra nuevas herramientas para la resistencia calculada. ‘Mata el lenguaje. Mátalo. Consigue la pala. Estamos haciendo un cinturón.’ Con gusto haría todo lo que ella me diga y no pensaría en hacer otra cosa. Regel crea un nuevo orden para los escombros extáticos de la obediencia. – Cassandra Troyan, autora de Blacken Me Blacken Me, Growled Regel realmente no suena como nadie. Oliver Reed introduce una sensibilidad poética que parece tan en desacuerdo con la convención como igual al momento: completamente formada, virtuosa, algo letal. Estos son poemas despiadados, incómodos que exploran nuestra propia condición animal con una curiosidad mortal. Cada uno es una transformación: el actor se convierte en una extraña musa y presencia guía, para ‘arder un horno móvil’; el caballo, otra de las figuras recurrentes del libro, se convierte en más que un emblema de eros, trabajo y sufrimiento; la insolencia malcriada de la joven se vuelve desafiante y afligida. La voz quiere que estos cambios existan incluso mientras ‘se quiere estéril’. Tanto como inquietan y seducen, los poemas también son vigilantes, atentos – parecen ofrecer un medio de protección. Oliver Reed es un libro de debut asombroso y magistral. – Sam Riviere, autor de 81 Austerities La segunda edición de Oliver Reed, publicada en febrero de 2024, incluye una introducción recién encargada por Olivia Kan-Sperling. En Oliver Reed, crecer sucede naturalmente, clip clip clop, al mismo tiempo que requiere que alguien o algo—salto de línea o incisión literal—te domestique. Oliver Reed trata sobre cómo un cuerpo de poni se entrena y una mente de poni se educa, una y otra y otra vez. El tiempo, en este libro, se repite más de lo que progresa: “Sorry asiste a su nacimiento” después de “Sorry es una niña, crecida.” Ojalá hubiera leído Oliver Reed a los catorce o dieciocho años; pero, por otro lado, siento que de alguna manera ya lo hice. Esto ya lo sabemos: si mirar a las niñas nunca pasa de moda, escribir sobre ellas tampoco. — Olivia Kan-Sperling, editora en The Paris Review y autora de Island Time