Gráfico

Rebel Riders

Publishers

Dienacht Publishing

Info

128 pages

2019

285mm × 205mm

Hardcover

ISBN

9783946099260

Cost

£35.00

La icónica Vespa italiana de Piaggio ocupa un lugar especial en el corazón de los conductores indonesios. La versión más antigua que se puede ver en la calle data de los años 60, cuando la misión de mantenimiento de la paz indonesia en África regresó al país y el gobierno les otorgó bicicletas Vespa. En muchas ciudades del archipiélago prosperan comunidades Vespa. Aunque la mayoría adora las Vespas clásicas, algunos llevan su obsesión al siguiente nivel transformando los originales en versiones nunca imaginadas por Piaggio.

Como si surgieran de las películas de Mad Max, estos scooteristas recorren el país montando Vespas personalizadas, que parecen demasiado extrañas no solo para los forasteros, sino también para la propia comunidad vespera indonesia. La gente llama a estos scooters “Vespa sampah” (“Vespa basura”) o “Vespa gembel” (“Vespa vagabunda”), pero los dueños de estas motos Frankenstein las llaman “Vespa extreme”.

Es bastante difícil determinar la historia temprana de las Vespas extremas. Su aparición a principios de los 2000 coincide con grandes cambios en Indonesia, tras la caída del régimen autoritario de Soeharto en 1998. Después de la reforma gubernamental, los indonesios disfrutan de mucha más libertad de expresión que nunca antes. La caída de Soeharto también se caracteriza por una política de aplicación de la ley más relajada en general, y la gente en Indonesia ya no teme tanto a la policía como antes. Esto contribuye al desarrollo de este tipo de vehículos modificados en la carretera, no solo Vespas, sino también motocicletas y autos transformados.

No está claro cuántas Vespas extremas existen en toda Indonesia. Pueden contarse por miles y se encuentran en todo el archipiélago indonesio, incluso en sus áreas más remotas. La mayoría usa motores Vespa de finales de los 80 o principios de los 90, ya que son más potentes que las versiones anteriores. Aunque estas Vespas parecen estar diseñadas para exhibición, en realidad se pueden conducir. Es muy común recorrer miles de kilómetros con ellas, aunque no sean realmente aptas para la carretera.

Algunas de estas Vespas tienen más de veinte neumáticos adheridos a marcos de acero caseros y baratos. Algunas están adornadas con un esqueleto de búfalo, bambú, basura o cualquier cosa que los dueños pudieran recoger en la carretera. Parece que la creatividad salvaje de los constructores no tiene límites y las Vespas clásicas son simplemente un punto de partida. Su singularidad, que representa la libertad de expresión, atrae a metaleros, punks y rastafaris como sus fans acérrimos.