The House That Burns Everyday

El trabajo de Marina Gadonneix teje un vínculo complejo entre el documental y la ficción a través de fotografías de lugares entregados al abandono temporal. La Casa que Arde Todos los Días evoca una fábula cuya historia, en cenizas, ya no nos alcanzaría. Marina Gadonneix ha elegido habitar una casa ficticia usada por los bomberos para familiarizarse con el fuego y combatirlo. En resumen, una habitación de ficción. El fuego ha arrasado, pronto volverá a avivarse. En este intersticio, Gadonneix recoge estas ruinas artificiales. Desde la distancia, el espectador puede afrontar lo peor. Lo peor, en esta obra, siempre está por venir.